¿Cómo podemos seguir desde ahora? Lamento haber dispuesto un rumbo para este blog, un rumbo que ya no voy a caminar. Las cosas cambian constantemente, hay que acostumbrarse.
Tomamos un poder, un rol, y llevamos nuestros pensamientos hasta este punto, a partir de acá, todo lo que sale comienza a ser un manifiesto, todo lo que decimos nos representa, y es nuestro pensamiento. Hemos hecho bien, al menos eso creo, pues para todo eso está esto.
Igual ahora vengo a marcar una diferencia, y creo que en cierta forma ya ha estado marcada. Yo voy a hablar por mí, sólo aquí, en este espacio último que me queda, es mi último canto. Este pájaro no canta hasta morir, ha cantado incluso después de muerto. Pero ahora no es tiempo de cantar, y quizás nunca jamás lo sea. Qué triste resulta saber, que quien fue hecho para escribir ya no lo puede dejar fluir, los sentimientos se vuelven una mezcla extraña, una explosión entre un destello esquizo en la risa de los locos, y el momento silencioso de la cordura de un pensador.
Estoy hecho para escribir, pero hasta acá llegué. Es una de las cosas que más amo, pero no puedo seguir con esto. Me van a quedar demasiadas cosas en el tintero, puedo asegurar que me van a quedar años de escritura en el tintero, pensamientos, ideologías, análisis, relatos, poesía, ensayos sobre filosofía, psicología, sociología, política, etc. Todo eso quedará escondido, y no buscará la luz, al menos no en este blog, mi rol acá ya se terminó.
Ahora las cosas van a ser distintas, quizás. Ya cometí bastantes actos para adquirir lo que quería, siempre empujando hasta el límite, y admito que a veces no surgió el placer de escribir, y fue articulado, estructurado, casi impuesto por un arma que se ubicaba en mi cabeza y me llevaba a hacerlo. Desde ahora tengo un momento de stop, basta cabeza de maquinar y pensar, que las cosas más profundas de la realidad llegan a ser verdad, y cuando todo empieza a encuadrar la angustia y la impotencia me arrebatan, el malviaje es así: la sociedad está malviajada y eso me hace malviajar. Y todo eso quizás tenga una relación con el hecho de una demencia en mi niñez, de no saber quién sos, perderte en vos mismo, seguir con tu vida sin siquiera saber que lo estás haciendo, sólo creés que dormís. Llorar y reír, y ver como la verdad lastima, y para ojos de los que más quiero no soy más que un esquizofrénico paranoico. Todo eso lo manipula, manipula mi locura para provocar un malviaje, y ahí vemos como yo soy un digno enemigo que tengo que derrotar. Es dormir con el enemigo, vivir con él, ser él.
Esto no es lo que quería cuando planteé llegar a una sabiduría total que conllevara una locura, una demencia. No quería volverme loco por esto, sólo quería ser más sabio.
Y ahora que tantas veces morí y renací, ahora que tantas veces fui fénix, y que el universo parece acomodarse. Ahora que me encontré a mí mismo y puedo decir que sé quien soy y cómo soy. Ahora que todo esto es así, puedo finalmente descansar, necesito relajar mi mente. Es posible que a escondidas comience a coquetear con la literatura, pero sólo a escondidas y eso no verá la luz, como siempre lo hice, la mayoría de mis escritos sólo los vi yo, y se han vuelto cenizas. La información ingresó al universo de la data, ahora inconscientemente de alguna forma podés captarla (despertate).
Así que tantas veces me morí, tantas veces renací, que ahora estoy acá despojado de mi vida inmortal, todo lo que alguna vez hubo de magnífico, brillante y divino se ha ido. Toda mi genialidad ha sabido dormirse o acaso morirse en un gran ritual, un enorme sacrificio. Ahora todo está flotando por el universo de la información, y mediante el inconsciente ustedes pueden llegar, toda la información del universo se encuentra allí, en una especie de internet. Sólo se accede allí desde una región del cerebro dominada por el inconsciente. Quien domine esa región podrá ver lo que yo vi, podrá saber lo que yo sé, y no sólo lo que yo sé, lo que todos saben, y así podrá ser uno de los más sabios entre sabios.
Tanto ejercitar mi inconsciente dio resultado, ahora yo morí y toda esa información la llevé a ese universo, yo puedo ingresar cuando quiera (saliendo de la Matrix) y puedo saber todo. Puedo utilizar mi inconsciente para codificar todo ese universo, para fundirme con él. Pero no, eso quedó atrás. Ahora que ya lo sé, sigo mi vida normal. Soy un mortal más caminando bajo el cielo de cristal, sólo que ahora cargo conmigo la verdad, y una sabiduría total, escondidos bajo la insinuación de ser un chamán oculto.
El ocaso de los dioses
En el ocaso de los dioses,
el último inmortal yace en la tierra,
destinado a vagar entre los hombres y terminar como ellos.
Esa noche bajo el manto oscuro,
la epifanía de su propia muerte no cesó el ritual y el sacrificio,
Dejó atrás la maldición de ver rostros desfigurándose con los años,
ahora se vuelve viejo,
cuando el ocaso de los dioses ha comenzado.
Bajo la celda gris de concreto,
camina entre la niebla y la peste del hombre,
desertando de su vida divina y los verdes campos,
donde antaño fue rey de dioses, eterno y puro.
Yace angustiado y enfermo,
ya que abandonó la eternidad por amor a una mortal,
ahora el olvido de ésta le merece sufrimiento,
algo que un dios jamás tuvo que soportar.
Ha perdido su sabiduría y conocimiento,
la eternidad y la belleza, ahora vaga entre la gente,
no es más que otro fantasma de carne y hueso,
sufriendo bajo el cielo gris de la ciudad.
El sacrificio ahora se paga caro, porque la suerte
ya no está a su lado,
cuando el ocaso de los dioses ha comenzado,
la última carta ha dejado su mano.
Se derrumban los castillos dorados,
y se secan los verdes campos de su antigua tierra,
con su sacrificio ha llegado la muerte de los dioses,
y la destrucción de lo sagrado.
Ya no hay ángeles ni demonios, dioses ni diosas,
la era del hombre todo lo ha devorado,
y lo sabía aquel último dios,
que a su sangre divina ha traicionado.
Sueña el mortal con su lejana y eterna tierra,
y a lo lejos llega el sonido de su belleza,
mas trae consigo su propia muerte lenta,
y a los hombres les regala decadencia.
El fuego divino se apaga lentamente,
cuando el ocaso de los dioses ha comenzado.
La realidad me merece felicidad, he tenido un motivo para vivir y morir, ahora el amor vale algo, la vida también, pero la muerte vale algo más. La muerte no es algo feo, para nada, es estar completo, es estar entero. Todo círculo que se completa llega a su fin, y allí se termina. La muerte es completar un círculo de fuego, el ouroboros, la rueda del Dharma.
Me despido con cariño invitándolos a despertar, gracias a los lectores y a mis amigos, chau loco.
Aheyâd