Durazneando nos encontramos en un estado pasivo, encarnando una relajación que por naturaleza sentimos placentera. Pero el estado de durazneo no solo se refleja en la relajación y esa especie de "estado-vegetativo" al mejor estilo Ceratti. El durazneo es una fase del trip, un estado del viaje de sabiduría, en el cual somos el tripulante de ese navío que atraviesa lo más profundo de la mente, para adentrarse en los conocimientos y las verdades naturales de un universo, las cuales parecen desnudarse ante nuestros ojos, toda una escena de voyeurismo erótico.
La adquisición de sabiduría, el entendimiento de la naturaleza de las cosas y la configuración de la verdad son procesos activos durante todo el trip, aunque no siempre estén todos estos procesos presentes, lo cierto es que por lo menos hay uno, y en caso de haber varios se trabajan simultáneamente, en un perfecto orden simbiótico.
Entonces, por naturaleza, durante el durazneo seguimos estando preparados para entender la realidad, adaptarla a nuestra conciencia, configurarla y concebir ciertos hechos de la misma. La realidad siempre va a estar ahí, esperando a que alguien la conciba como tal y la configure.
El durazneo es la etapa final del viaje, el viaje es una investigación, y como siempre, en el final de cada investigación se desarrollan las conclusiones a las que hemos llegado. Por eso, concebimos el acto de durazneo como la finalización de una investigación, en ella expresaremos las conclusiones a las que hemos llegado, analizando los problemas que se nos han ido planteando en el viaje, y que, como maestres de un arte milenario, iremos aclarando con el pasar de ese viaje, al mejor estilo chamánico.
Somos investigadores, psiconautas, buscamos la verdad de las cosas mediante un acto de sacrificio (adquirimos sabiduría al coste de la cordura). Ese es el motivo por el cual lo hacemos, nos gusta saber, tenemos en nuestra configuración mental el deseo de saber.
La mitología del deseo:
Podrán ver que el deseo de saber es lo que nos mueve a navegar sobre aguas misteriosas, es lo que nos empuja a subirnos al barco de la locura y andar, aunque solo sea un viaje de horas. Lo cierto es que, con el tiempo, podemos llegar a quedar como tripulantes efectivos del Das Narrenschiff (Stultifera Navis) pero este acto conlleva una mente preparada ¿Estarías listo para aceptar tal honor y reponsabilidad? ¿Estarías dispuesto a aceptar tal sacrificio de dejar la vida de la cordura para volverte el más sabio entre sabios y dejarte llevar por la locura? Como sea, esta es otra historia.
Retomando el hilo y el punto al que vamos, en la mitología hemos visto el deseo del saber como un tema común. Hemos visto a Prometeo robar el fuego (sabiduría) de los dioses para llevarlo a los hombres, o hemos visto el mito de Adán y Eva y la famosa manzana.
Adán y Eva comen del fruto prohibido (la manzana) perdiendo su vida inmortal, es este quizás el mayor sacrificio que hemos visto en la mitología ¿Pero por qué habrían de hacer esto? No sólo podemos echarle la culpa a la serpiente (que ofrece el fruto) sino también, tenemos que admitir que en la naturaleza del ser humano radica el deseo del saber (¿Acaso la serpiente no representa eso?).
La manzana representa la sabiduría, al comer de este fruto, al alimentarse de la sabiduría, se realiza el sacrificio de conocimiento a cambio de cordura, se da un nuevo paso en la locura.
Podemos observar el hecho de que el acto cometido por Adán y Eva, conlleva la pérdida de una vida inmortal ¿Cómo entendemos la vida inmortal que nos plantea el mito bíblico?
Al adquirir sabiduría se pierde la "inmortalidad", por lo tanto, podemos entender que una vida "inmortal" sería carente de sabiduría. Es este uno de los móviles que utiliza la religión cristiana: mantener necios para gobernarlos, mantener ovejas que sigan al pastor.
Pero no vamos a centrarnos ahora en este mecanismo de control, que merece un ensayo de magnitudes Foucaltianas (que ya haremos), sino que, lo que intentamos, es representar la "inmortalidad" a la que se refiere la biblia.
Entendemos que la sabiduría conlleva la demencia, y que la vida "inmortal" sería carente de sabiduría, pero esto último resulta un equívoco, ya que de alguna forma todos somos un poco sabios y todos tenemos conocimientos. Por lo tanto, podemos decir que dicha vida "inmortal" sería carente (no de sabiduría) sino de su hermana la demencia. Por esto mismo, cerramos, en que la representación que hace el mito bíblico de la vida eterna, no es más que una representación de la cordura.
Adán y Eva adquirieron sabiduría (comieron la manzana), movidos por su deseo de conocer (motivados por la serpiente), así perdieron su cordura (vida eterna).
Por todo esto decimos que buscamos el conocimiento, tenemos configurado en lo más profundo de nuestra mente y nuestro ADN ese deseo de saber que nos mueve a estudiar, y a hacer esto: navegar por los mares de la sabiduría, a bordo de una barca de locos, y utilizando como combustible una serie de sustancias que nos impulsan por ese vórtice de realidad.
Todo lo anteriormente dicho es un flash de Sopita, ocurrido en una de sus mitocondrias mientras su voz decía:
"Todo es un flash de Chuck Norris, ahí sería todo perfecto, aunque muchas veces lo es, la mayoría de las veces es perfecto todo... jajaja"
Es hora de navegar queridos lectores, la nave parte en 20'.
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